miércoles, 22 de agosto de 2007

Los invito a darle gracias a Dios

Queridos amigos: Como les comentaba el viernes, estoy empezando a estudiar lo que dijeron nuestros Pastores en Brasil. El documento conclusivo de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamerticano realizada en Aparecida - Brasil - en mayo pasado, comienza invitandonos a considerar que aunque estamos viviendo un tiempo de grandes cambios y dificultades, no podemos afligirnos y bajar la guardia; al contrario, afrontar la realidad como discipulos de Jesucristo, con la sabiduria y el don de la fe que surgen del encuentro con El. No podemos olvidar que el encuentro mas importante y decisivo de nuestra vida, que nos llena de luz, de fuerza y e esperanza es el encuentro con Jesus. Aqui esta la solucion a la triste realidad que vive nuestra sociedad y nuestra Iglesia.
Los invito a ser agradecidos con Dios.
Oremos a Dios, junto con nuestros Obispos latinoamericanos:
Gracias, Padre nuestro, porque nos ha llama­do a ser instrumentos de su Reino de amor y de vida, de justicia y de paz. Gracias por habernos he­cho sus colaboradores para que seamos solidarios con su creación de la cual somos responsables. Lo bendecimos porque nos ha dado la naturaleza creada que es su primer libro para poder cono­cerlo y vivir nosotros en ella como en nuestra casa.

Gracias porque nos ha dado el don de la palabra, con la cual nos podemos comunicar con El por medio de su Hijo, que es su Palabra, y entre nosotros. Damos gracias a Él que por su gran amor nos ha hablado como amigos. Lo bendecimos porque se nos da en la celebración de la fe, espe­cialmente en la Eucaristía. Gracias por los numerosos y admirables dones que nos ha otorgado, culmina en la celebración central de la Iglesia, que es la Eucaristía, alimento substancial de los discípulos y misioneros. También por el Sacramento del Perdón que Cristo nos ha alcan­zado en la cruz. Lo alabamos por el regalo de su Ma­dre Santísima, Madre de Dios y Madre de la Iglesia, estrella de la evangelización renovada, primera discípula y gran misionera de nuestros pueblos.

Damos gracias a Dios y nos alegramos por la fe, la solidaridad y la alegría, caracte­rísticas de nuestros pueblos trasmitidas a lo largo del tiempo por las abuelas y los abuelos, las madres y los padres, los catequistas y tantas personas anónimas cuya caridad ha mante­nido viva la esperanza en medio de las injusticias y adversidades.

Dios los bendiga hoy y todos los dias.
P. Rafael

1 comentario:

Unknown dijo...

Genial! Felicitaciones y gracias por los mensajes tan acogedores. Me gustó el diseño y me pareció útil. Gracias, Juan Pablo Aljure.